viernes, 25 de diciembre de 2020

 

                      CANGALLO EN LA POESÍA DE LA INDEPENDENCIA

                                                                                                              Max Aguirre Cárdenas

 

Una perogrullada a manera de Introducción.

Existen dos formas de entender la historia: una, como un tejido de hechos que han ocurrido y siguen ocurriendo en el presente con independencia de que sean o no registrados y sean, por tanto, conocidos; y otra, como un discurso, es decir como una construcción científica o una narrativa paracientífica destinadas a conocer y/o explicar aquellos hechos. Nosotros nos referimos a la segunda, aun cuando, en ambas formas, el protagonista siempre sea el hombre.

Desde que se inventó la escritura en general que permitió registrar los hechos sucedidos en el devenir (presente siempre evanescente y que inmediatamente se transforma en pasado), ella se convirtió en la herramienta primordial de la historia para anotar o asentar los hechos acaecidos en el pasado humano. Hoy, que la historia parece haberse convertido en un simple registro de opiniones en el que la verdad se codifica en función de cada historiador, ella, sin embargo, mantiene todavía en algunos su vocación de ser amante o reconstructora de la verdad, búsqueda incesante que –aunque efímeramente- satisface espiritualmente a su hacedor, el hombre, que tiene innatamente horror al vacío, a la incertidumbre, y evita caer en la iconoclasia, en el relativismo protagoriano* o en el agnosticismo más extremo. Cuando todavía no había cómo registrar el devenir humano, se apeló al lenguaje oral que se guardaba codificado en la memoria colectiva en forma de mito y/o tradición, y generalmente bajo el arbitrio de ancianos o especialistas que pertenecían a una capa delgadísima de la sociedad (o intelligentsia) y garantizaban y/o gestionaban su valor de verdad. Pero como la sociedad es un conjunto humano de una variedad apreciable tanto biológica como culturalmente, individual y colectivamente, y la intelligentsia va también renovándose, la verdad sometida a una de las leyes de la entropía (es decir a la pérdida del valor original de la energía; en nuestro caso, el significado del mensaje hasta su extinción) y no a la ley física de acción y reacción, va también modificándose lentamente.

 

Las fuentes extraordinarias de la historia. El caso cangallino.

Ordinariamente, la historia, se nutre fundamentalmente de fuentes escritas que incluyen mapas y pinturas. Pero como ellas, en algunos casos como el peruano, son escasas por distintas causas (en sus repositorios subsisten según Macera alrededor del 5%), se apela corriente y empáticamente al testimonio oral (fuente principal de la llamada historia oral que incluye las manifestaciones folklóricas, los mitos entendidos como historias primordiales, los testimonios arqueológicos y las evidencias etnológicas) y, en forma general para la historia sin adjetivos: la diplomática, la numismática, la heráldica, la prosopografía, la genealogía, la cronología, la filología, etc.). Pero cuando se habla de la poesía como fuente escrita de la historia, habitualmente nos sorprendemos, pues, la narrativa histórica se construye con proposiciones y no con expresiones que denotan estados de ánimo, emociones, sentimientos con fines de exaltación, homenaje, difamación, sátira, que habitualmente caen en las redes de las hipérboles y, lo que es más importante, persiguen la aprehensión de valores estéticos, e interpretan sucesos y personajes, resabios de la ideología de los distintos estratos sociales y hasta componentes costumbristas, con categorías de lo bello, lo feo y lo sublime**. Sin embargo, cuando se trata de estudiar aquellas expresiones con propósitos hermenéuticos de la conducta social de un momento o período histórico determinado, las producciones poéticas son muy importantes. Y esto vale también para otros géneros literarios como la prosa (v.gr. las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma). Pensamos que esta fue la razón por la que el capitán de caballería José Hipólito Herrera que publicó las normas legales producidas por el naciente Estado Republicano desde la llegada de San Martín hasta la Batalla de Ayacucho, incorporó, en la segunda parte de su “Álbum de Ayacucho” publicado en 1862, una colección de poemas que exhibe como leit motiv el proceso de la independencia peruana. Por lo mismo, la pasquinería producida en este período como también los textos antirrevolucionarios (v.gr. los editoriales y noticias falsas difundidas por Gaspar Rico en el “Depositario” y en la “Gaceta del Gobierno Legítimo”) son también fuentes importantes y objetos de análisis detenidos. Por razones de espacio, nosotros nos limitaremos a presentar solamente la producción poética dedicada a Cangallo en la época de la Emancipación, para demostrar cómo impactó en la conciencia hispanoamericana la Revolución de los Morochucos, especialmente la crueldad sadomasoquista hispana frente a los cangallinos y la venganza que reclamaban los patriotas extranjeros como respuesta al apocalipsis de la ciudad de Cangallo, el 17 de diciembre de 1821. Este tema debía generar numerosas tesis universitarias que, lamentablemente, hasta hoy, ha sido aparentemente ignorado.

 

¿Cuántas páginas y quiénes escribieron éstas?

No es posible precisar la cantidad de composiciones escritas en este ciclo independentista. Así como se han extraviado documentos claves como el acta de la Independencia cangallina y los expedientes de los procesos sumarios de María Parado de Bellido y Basilio Auqui, del mismo modo se han perdido otros relativos a los testimonios que debían de haber quedado en el mismo pueblo de Cangallo. Por lo menos nosotros, en tantos años de trabajo, no hemos hallado absolutamente nada del coloniaje, aún más si se tiene en cuenta que Cangallo fue la sede del poder provincial, ya que fue residencia de casi todos los corregidores de Vilcashuaman. Quizás, ello se explique por los dos grandes incendios que el pueblo sufrió en 1820 y 1821 a manos de Ricafort y Carratalá (el segundo fue acompañado de destrucción física total y cambio de capitalidad del partido o provincia) y las dos grandes riadas igualmente dantescas. Lo publicado ha pervivido por azar en los repositorios huamanguinos, limeños y en los del extranjero; sin embargo, podemos afirmar que la mayor parte de composiciones han sido hechas por poetas argentinos, lo que prueba nuestra tesis de que el tráfico ideológico entre la ciudad de Huamanga y el exterior, se produjo mayormente a través de la vía Lima – Huamanga – Cuzco – Potosí - Buenos Aires, pero de retorno (la ruta que siguió el Concolorcorvo). Y prueba también que el ciclo de la revolución de la independencia del Perú se inició y concluyó en la sierra. La decadencia brutal de los pueblos de la sub-región del Pampas se debe a la participación de sus habitantes en la guerra de la independencia y la migración suicida promovida los años 80 del siglo pasado por Sendero Luminoso, agravada por el centralismo limeño y la ingratitud del Estado Peruano, que hoy se replica por tercera vez: en los centenarios, sesquicentenarios y ahora en los bicentenarios, sin que nadie derrame una lágrima y ni siquiera una protesta.

                A continuación, presentamos las muestras de las fuentes poéticas que nos hubiera gustado analizarlas una por una, no en su valor literario que alguna evidentemente la tiene escasa, sino en el contexto socio-económico en que fueron escritas, y, fundamentalmente, en su valor histórico que el lector lo establecerá con el fiel de su personal balanza axiológica. Pero, al haber alcanzado, por lo menos parcialmente, nuestro propósito de ilustrar al lector ayacuchano, nos eximimos para otra ocasión:  

 

                AL INCENDIO DE CANGALLO

                                                               Juan de la Cruz Varela

¡Venganza eterna! ¡Sin piedad venganza!

Hijos del Sol ¿Qué haceis? Ahora, ahora

Renazca el ódio y el rencor inmenso

A que provoca la feroz matanza

La sed de sangre que sin fin devora

A los hijos de Iberia. El humo denso,

Mirad cual forma impenetrable nube,

Y el éter todo en derredor se inflama.

Oid, mirad, que la estallante flama

Hasta los astros sube; y entre ruina y ceniza,

Un pueblo de patriotas agoniza

¿No sabeis? ¿No sabeis? El fiero Hispano

Estirpe atroz del execrado Atila,

En el Perú desesperado brama;

Y en su última impotencia, deshumano,

Con bárbaro furor quema, aniquila,

Y se goza el feroz al ver la llama.

¡CANGALLO miserable!¡Pueblo amigo,

Condenado a llenar en nuestra historia

Las páginas de llanto! Tu memoria

No pereció contigo:

Ya vengarte juramos;

Vengarte, sí; y á la venganza vamos.

                                                               

(Fuente: “El Álbum de Ayacucho”, 1862).

 

                                                -------

 

                                ODA IMPROVISADA

     (Al triunfo del Ejército Liberador el 9 de Diciembre de 1824).

 

¡Cenizas de CANGALLO! Heroica Sangre 

Allá en Colombia con honor vertida

En diez años de horror. Vuestra memoria

A los patrios campeones,

Redobló su valor; y las legiones

¡MUERTE GRITARON ó VENGANZA  ó GLORIA!

Con gloria se vengaron. Sangre odiosa

Se mezcló hirviendo al rápido APURIMA.

Sangre odios tiño llanura inmensa

Y odios sangre la enriscada cima

Allá en la nube densa

Del polvo y humo de la lid terrible

Las sombras de los héroes divagaban,

Que, con pecho invencible,

Por su Patria la muerte despreciaron,

Y en el Olimpo del laurél se ornaron.

                                                       Buenos Aires 1825.

                                                ______

                                               

VERSOS EN HOMENAJE A PUEBLOS DESTRUIDOS POR LOS REALISTAS

Aun vibra el rayo de español impío

Por dó quier que se lanza aniquilando

Inermes pueblos, que de horror y sangre

Cubrió el inicuo con furor tirano,

Se embota al cabo la feroz cuchilla

Que resiste saciar al inhumano:

Y el fuego sopla con feroz destreza.

Para dar expansión a su fiereza,

Compatriotas! ¡Y aún vive  el monstruo horrendo,

El vil, sacrílego, excecrable hispano,

Su ensangrentada mano sacudiendo

En las víctimas tristes de CANGALLO,

CARHUAMAYO y de Reyes, que entre llamas,

Por venganza á los cielos han clamado?

MORIRA el opresor; en furia siego

A la Patria ha anegado en sangre y fuego.

 

Mas ¿sufriremos que un momento solo

Se goce en su ira sepultando el llanto

A tantas víctimas, que su zaña inmola,

Y su fiero mirar desesperado

Contemple entre ayes que el suplicio arranca,

Consumirse los pueblos desdichados?

A salvarnos volemos: que en sus manos,

No mueren enemigos sino HERMANOS.

 

(Fuente:  CDIP: La Poesía de la Emancipación: Tomo XXIV, 1971: 422)

                                                        ______

               

TESTAMENTO DE LA SERNA Y VENGANZA DE CANGALLO (Fragmento)

LA SERNA, alza. ¿Nos conoces?

Los ciudadanos somos que conserva

El Pueblo de Cangallo valeroso,

Para hacerte pedazos: ¡Alma fiera!

¡Que orden fue esa infernal, conque mandaste

Que Cangallo quedara hecho pabezas!

             Nadie podrá el terreno que ocupaba

(Estas son tus palabras á la letra)

El ruin infame Pueblo de Cangallo

Reedificar jamas. ¡Que insolencia!

¡Por ser leal á la Patria lo ultrajaste!

¿Cuál fue el delito, di; para esta ofensa?

No fue otro, sino solo que tu alma

En los males se goza, y se deleyta

Que hace á su semejante. Asi por esto,

A sacarte venimos hoy la lengua,

Esa villana que tuvo atrevimiento

De mandar a otro Monstruo, infame fiera,

A ese CARRATALÁ, esta barbarie.

                Y supuesto que vivo aquí te encuentra

Nuestra justa venganza: por la espalda

Salga esa vil, esa atrevida lengua:

Y antes que baxes al horrendo Abismo

Sufre la llama de esta ardiente hoguera;

Y en ti los ESPAÑOLES escarmienten,

Que no digan: La Patria viva, y venza.

                ¿Qué tal escena amigos habéis visto?

Reponden la mas justa: y si no dieran

Esta prueba tan digna los Patriotas

En la cual su carácter manifiestan

Su amor y celo por la buena causa;

Era preciso que á todos los cubriera

La deshonra mayor que á los malvados

El común de los hombres los aleja.

 

(Fuente CDIP: La Poesía de la Emancipación: Tomo XXIV, 1971: 234)

                                            ____


TESTAMENTO DE CANTERAC, Y BALDES (Fragmento)

Y dejo a los Gallinazos

Los pulgones de mi alpaca,

Porque de noche cual perros

A los oídos me ladraban

Diciendome: CANTERAC,

Te meriendan sino escapas.

Y para eterna memoria

Dejo mi cortante espada

Para azador de cocina,

Y á CARRATALÁ la bayna.

                Mis uniformes, mis Botas

Y la parte de la plata

Que buenamente atrapé,

Los dejo al primero que haya

Jurado la Independencia

Con intención pura y sana;

[…]

                Y tu, (pues ya no te escapas)

Por marrajo y consejero,

Llevarás tu buena Manta

Antes que vayas al fuego

De la abrazadora llama

Por cómplice con LA SERNA

En el absurdo, y la infamia

De la ruina de Cangallo

[…]

Y de ahí le dice: acompaña

A aquel que tus sentimientos

Garantiza: al que sin alma

Ha destrozado los Pueblos:

[…]

Al que un insultante rasgo

Posteriormente derrama,

Que amenaza á esta Ciudad

Con la iniquidad que acaba

De hacer en el leal Cangallo

 

(Fuente:  CDIP: La Poesía de la Emancipación, Tomo XXIV, 1971: 237 y 238)

 

______________

*   Protágoras de Abdera sostenía que la verdad está en función del hombre, o sea que este es la medida de todas las cosas, en cuanto son y en cuanto no son; es decir que la verdad es relativa en función de cada quien. Por tanto, si la verdad es relativa a cada quien, entonces no es posible conocer nada, porque tanto como A y –A pueden ser verdaderos al mismo tiempo.  

** Por ejemplo, en una composición popular titulada “La Chicha”, que se atribuye a José de la Torre Ugarte, y a José Bernardo Alcedo, los autores del Himno Nacional del Perú, se ofrece un brindis a los patriotas por la libertad, pero de paso se habla del poto de chicha, el chupe y el quesillo, el ají amarillo, el maíz y el maní, en las meriendas del Inca. Se habla también del seviche y la guatia, el vino y la cidra, la jalea del ají untada; pero no del pisco, probablemente porque eran versos dedicados a la bebida sagrada de los antiguos peruanos: el tesoro del indio, dice el vate (Ver CDIP: La Poesía de la Emancipación: Tomo XXIV, 1971: 314).  Pero, así como se han ofrecido versos a los patriotas, los godos (alias de los españoles), componen respuestas incisivas como esta anónima “Canción de los Marranos” de los realistas cuzqueños, dedicada a la expedición libertadora chileno-argentina: "A Lima vinieron/ cuatro mil marranos, /muy largos de uñas/ en los pies y manos/ Esos se nombraban patriotas y hermanos/ pero sus hechuras solo son de diablos". O este otro “Epitafio”, también anónimo: "Aquí Yacen los Tiranos de la PATRIA usurpadores/ Que cuando fueron señores/ Fueron crueles inhumanos/ Los LIBRES AMERICANOS/ Sus huesos aquí enterraron/ Desde Otero trasladaron/ Sus cenizas infernales/ Y por que césen los males/ Sepultados los dejaron".  O esta “Oración Fúnebre”, compuesta por algún patriota, donde parece referirse con guasa a Basilio Auqui y a la Pampa de Cangallo: “Que en las exequias de los difuntos Godos há de decir de voz en coello, Basilio Yeguas, en la Pampa de Otero, en donde se formará una Tumba de quince Estados de alto, y después en un Capacho Borriquero, cargará Nuez Moscada á la espalda los huesos  de los invictos Españoles destruidos, aterrados, y confundidos por el enérgico Patriotismo Martiniano". Y para que reflexione el lector: En una oda dedicada al aniversario de la independencia del Perú, se habla del Cid y de Pelayo, prohombres de la hispanidad, pero José Hipólito Herrera también compara a los líderes que hicieron jurar la independencia de Cangallo, el 7 de octubre de 1814, con el héroe astur Pelayo, que luchó heroicamente contra los musulmanes para liberar a España. ¡Y pensar que todavía hay historiadores que siguen negando estas evidencias simbólicas, metafóricas o algóricas a través de una retórica histórica vacía, declarándolas apodícticamente imaginarias, fantásticas y/o inventadas! ¡Mismos discípulos de Enesidemo!  Y ahora las preguntas del doble millón: ¿Cuántas composiciones poéticas se dedicaron, por ejemplo, a Huanta, una de las provincias blasonadas por el monarquismo español, convertida ahora –con miras a los  bicentenarios- en numen del patriotismo independentista peruano y premiada en los centenarios y los sesquicentenarios con el oro y el moro reales? ¿Por qué algunos de sus historiadores profesionales que enfilaron sus culebrinas para destruir la figura noble de María Parado de Bellido, apuntan a lo mismo, para evaporar el recuerdo heroico de la Qalamaki declarándola apodícticamente un mito, y no, por ejemplo, a la Noin, a las Toledo, a la Ramos, a la Bastidas, a la Silva, a la Huamán, a la mujer del gran  Quirós, a la López, o a las damas limeñas que recibieron del Libertador San Martín la Orden del Sol, y otras que dieron honor al género?  La duda metódica es de supremo valor en manos de investigadores de mente sana, pero es mortal en manos de inquisidores con delirios de grandeza.

 

                                                                                                                             Cangallo, 25 de diciembre de 2020.

 

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