martes, 18 de septiembre de 2018

ENTRÉ POR LA PUERTA GRANDE Y SALGO POR LA PUERTA GRANDE



“ENTRÉ POR LA PUERTA GRANDE Y SALGO POR LA PUERTA GRANDE”

Así inició el Sr. Wilfredo Oscorima Núñez, hoy 24 de agosto de 2018, su corto discurso de apertura de la 7ma. Audiencia Pública de rendición de cuentas del gobierno regional, que ordenó realizar manu militari en la capital de la provincia de Fajardo: Huancapi.
No sabemos qué quiso decir con la frase de marras, ahogado por la inmodestia propia de los que se sienten protegidos por fuerzas sombrías o desvariado por una pésima comprensión de la moral y el derecho de gentes; entiendo que fue un lapsus ocasionado por su vanidad destornillada accidentalmente ¿o quiso decir subliminalmente que entró por la puerta grande de un penal y salió por la puerta grande de otro penal convertido en un héroe y no en un villano? Pese a que el auditorio estaba repleto con el personal del gobierno regional que Oscorima.mandó trasladar en casi una centena de camionetas y los pocos vecinos fajardinos que aplaudían como si hubiesen ayunado una semana, un grupúsculo insignificante de cinco individuos conocidos por su afición a lustrar los botines de los poderosos y esperar las migajas de favor de su patrón de turno, molestaba más que entusiasmaba a los oyentes con sus reiterados estribillos de sumisión, sobre todo cuando el dueño del circo afirmó orgulloso que había pisado la cárcel porque había firmado un papel que favorecía a la región Ayacucho. Fue el mismo grupillo que hace cuatro o cinco años atrás, en estado etílico de uno de sus miembros, intentó frustrar la celebración del 196° aniversario de la Jura de la Independencia del Perú en Cangallo. Fue la misma “portátil” que lanzó sus hurras destemplados en Huancasancos y anteriormente en Pausa. La única novedad consistió en que los osqorimistas cambiaron de Felipillo para que hable representando al pueblo de Cangallo.
En verdad, la cita –que el locutor dijo que transmitía también algunas estaciones de radio y televisión-- fue un martirologio de la lengua española, con excepción del burgomaestre de Cora Cora que dio ejemplo de pulcritud en el lenguaje y de buen gusto para enfocar los problemas de su representada en cinco minutos. Yo, como cangallino, me sentía avergonzado, porque el alcalde de Cangallo –que había asistido como un notabilísimo virrey de parroquia, premunido de sus cancerberos de seguridad y el coche del serenazgo-- hacía reventar las vocales de nuestro noble idioma como si masturbase con un palo los genitales de Cervantes. Como no lo divisaba directamente, pensé que era el burgomaestre anterior que había heredado a su paniaguado su manual folclórico de lingüística rural. No pretendo con mi crítica que el pueblo se exprese como refinados hablistas del castellano, No, pero tratándose de funcionarios que deben esforzarse por representar dignamente a sus gobernados, es altamente frustrante no entenderlos qué es lo que realmente querían del faraón Oscorima en cuatro meses de estéril supervivencia que le faltan. Algunos pedían un hospital; otros, más centros educativos, carreteras, represas y decenas de obras adicionales, aunque sean inconclusas -como exclamó otro alcalde destornillado; hasta hubo un orador extravagante que pidió techase su campo de fulbito para evitar se mojen los deportistas. ¿La política, no es ahora la ciencia y el arte de gobernar con un plan, con aquiescencia concertada con los gobernados, con justicia distributiva y/o equitativa según los casos? ¿Cómo se justifica entonces este festival anárquico de pedidos al gobernador y las promesas de novio casadero de éste, ad portas de marcharse del cargo más bien por la puerta de servicio? Las tres veces que asistí como ciudadano responsable a similares audiencias, y en las cuales siempre me impidieron –como hoy-- hacer uso de la palabra a título de ser miembro de la sociedad civil de Cangallo, percibí en el actor principal aires monárquicos absolutos de los tiempos de Luís XV, o Fernando VII, haciendo derroches de voluntarismo y mesianismo chirles, rodeado por un corro de pordioseros que clamaban obras, y no por dignos ciudadanos ungidos por el voto popular para ejercer la titularidad edil.
“La Voz de Santa Rosa de Cangallo”, periódico virtual de la sub-región, realizará un balance de la gestión del Sr. Oscorima al término de su mandato. La hará con argumentos fundados y pruebas objetivas que estamos acopiando. Y no nos temblará la pluma para denunciarlo ante los poderes públicos, si algún caso nos obliga, como lo hemos hecho con el ex alcalde Sr. Pabel Bellido, pero que intereses oscuros que enajenan el contrato social han postergado arbitrariamente su atención. Estamos esperando que el Poder Judicial y el Ministerio Público sean fumigados para que, con la confianza de la severidad y la objetividad de la diosa justicia, la impunidad no triunfe. Pero, para ser sinceros y no pecar de hipocresía, no negamos que hasta ahora la gestión del Sr. Oscorima ha sido altamente frustrante, sobre todo para su tierra natal reiteradamente postergada y desdeñada por él, más aún ahora que ha tenido una segunda oportunidad para enmendar sus dislates. Yo mismo voté por él creyendo que su origen modesto iba a ser la brújula que le dirija sin dificultades a lograr la justicia social en la región, pero sus amigotes de largos bigotes y cola de monigotes le han jugado una trastada o quizás al revés, y todo le ha salido mal. Frente al dilema de conservar la simpatía de la canalla, o evitar que nuestra tierra sea la madriguera de la cultura de la corrupción (que en buen romance debería decir anticultura o incultura de la corrupción), "La Voz de Santa Rosa de Cangallo", elige hoy la segunda opción, ya que está en juego algo infinitamente más valioso: el porvenir de esta tierra bendita que está encaminada inexorablemente a la decadencia por culpa de sus propios hijos ¿Acaso cree que hemos olvidado que él ofreció públicamente sin que se lo pidamos (al igual que su compadrito el Sr. Efraín Pillaca) construir una carretera asfaltada de doble vía entre Ayacucho y Cangallo? ¿Acaso cree que hemos olvidado que en sus afiches de propaganda inicial para tentar la presidencia del gobierno regional, decía orondo que la desnutrición y la anemia iban a ser eliminadas de Ayacucho, sobre todo de Cangallo? ¿Desea que le mostremos las grabaciones y los afiches? Hoy anunció en su lata discursiva que cumpliría, sí o sí, lo de la eliminación de la anemia estos cuatro últimos meses de gestión que le queda, des-cubriendo él mismo su deplorable ignorancia de que el déficit crónico de hierro en los niños hasta los cinco o seis primeros años de vida, puede ocasionar déficit en su desarrollo mental y/o cognoscitivo. Para el que entiende la tragedia, el Sr. Oscorima debe ya a la nación ayacuchana dos generaciones de niños, cuyos cerebros no se han desarrollado convenientemente y que, por ello, seguiremos obteniendo adultos incapaces no sólo para los cálculos matemáticos complejos, sino privados de las competencias para valorar las cosas y los hechos con la lógica de los principios éticos; adultos que tendrán minusvalías en el uso del lenguaje, disminución de competencias que indiquen una sana evolución de su personalidad social; en otras palabras, con su negligencia, ha garantizado el déficit irreversible del desarrollo integral armónico de los mismos. ¡Entienda Sr. Oscorima!: Por más que Ud. decuplique la ingestión de hierro en los educandos más allá de los seis años, si ellos han sido privados de una dieta mínima de 2.5 mg. diarios estos primeros años y de algo más de 4 mg. en su desarrollo prenatal, sólo conseguirá paliar el déficit en su índice de desarrollo mental, por efecto de su deficiente desarrollo cerebral. Por más que Ud. hable de mejorar sustantivamente la calidad educativa, construyendo hermosos y duraderos edificios, capacitando a los maestros para que sepan para qué y por qué educan, dónde y con qué educan, formando una nueva generación de profesionales calificados de la educación, diseñando currículos avanzados compatibles con la postmodernidad, renovando profundamente la tecnología educativa en vigencia, regalándoles libros, computadoras y bicicletas, etc. pero con educandos anémicos que no han ingerido además suficiente yodo y otros elementos que los pediatras aconsejan, y por añadidura sus padres no tienen idea de lo que es la eugenesia no racista, sólo conseguirá BURROS bípedos, víctimas inocentes de la perversidad de sus gobernantes ineptos. Así entendido el drama, la pobreza extrema de Cangallo no podrá ser mitigada sino con el culto al pedigüeñismo, con el culto a la personalidad que hoy mismo su megalomanía parroquial está alentando. De aquí a la delincuencia sólo hay un paso. Admito que, como buen cangallino, estoy indignado, como lo estuve cuando derribaron irracionalmente el magnífico puente sobre el Pampas dizque para construir otro de dos vías sobre las ruinas del anterior, para formar parte de una carretera de asfaltita de una sola vía (????) Si mi discurso, que me hubiera gustado pronunciarla en su presencia le molesta, lo siento. Si deportivamente asume que se está equivocando, me tiene como un contralor honesto de su obra dispuesto a fumar la pipa de la paz y sin mirar ni al soslayo algún favor suyo, menos un céntimo de su dinero, que dicen revienta cien baúles como el tesoro oriental de un hombre privilegiado por la fortuna desde la nada. Si alguna vez intenté venderle un ejemplar de mi primer libro sobre Cangallo y no tuve la fortuna de conseguirlo, nunca crea que esta respuesta cívica mía es motivada por aquel contraste.. La prueba es que he mantenido silencio absoluto en torno a su desastrosa gestión respecto a Cangallo durante tantos años, y no le he tocado ni con el pétalo de una rosa. Pero está bien culantro, pero no tanto. Para mí, primero está Cangallo que Wilfredo Oscorima. Primero está mi deber como ciudadano, que las ventajas que puede procurarme ser su amigo de farras.

        Max Aguirre Cárdenas


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